Un nuevo brote de la bacteria Listeria monocytogenes ha vuelto a afectar a la industria alimentaria Europea, concretamente en Dinamarca e Italia, con casi cien personas afectadas y cuatro fallecidas.
Esta bacteria ya hizo saltar todas las alarmas en España en 2019, el año antes de la pandemia, debido al consumo de la carne mechada mal cocinada que afectó a más de 200 personas.
La bacteria preocupa no solo por ser una de las principales enfermedades de transmisión alimentaria, sino también por su grave afectación en la población, especialmente a las personas inmunodeprimidas o envejecidas, mujeres embarazadas y niños pequeños, llegando incluso a consecuencias fatales.
Desde Roser remarcamos la importancia de la higiene durante el ingreso y dentro de las instalaciones, ya que se trata de una bacteria difícil de controlar por sus características; es resistente a altas temperaturas e incluso es capaz de resistir a superficies desinfectadas con detergentes de limpieza rutinaria. Es por este motivo, que establecer aduanas sanitarias en los ingresos y entre áreas para evitar contaminaciones cruzadas y mantener una buena higiene y desinfección de utensilios son idóneos para evitar su aparición y propagación dentro de nuestras instalaciones.
De igual manera que cuando en nuestras casas cocinamos tomamos ciertas medidas; mantenemos una buena higiene de manos, desinfectamos las áreas de contacto con los alimentos durante la preparación, limpiamos periódicamente las zonas de almacenaje y cocinamos de manera correcta los alimentos. En nuestras empresas debemos establecer protocolos para conseguir estos objetivos a escala industrial, para que así nuestras familias y semejantes puedan disfrutar de nuestros productos en sus hogares con total seguridad.