Evitar la aparición de microorganismos e impedir la contaminación cruzada, tanto de manera directa como de manera indirecta, son dos de los grandes retos que tiene ante sí cada día la industria alimentaria.
La aplicación de estrictos protocolos de manipulación de los alimentos, así como el desarrollo de soluciones tecnológicas progresivas, son la causa de que la seguridad sea la norma habitual, hoy en día, en el sector. El uso de lavabotas en la industria alimentaria, en concreto, responde precisamente a ese avance porque proporciona una solución de enorme eficiencia.
La adopción de un manual de Buenas Prácticas Higiénicas y de manipulación, así como su implementación en el día a día por parte de los operarios es determinante en materia de seguridad en la industria. La garantía de inocuidad para el consumidor final del producto se produce cuando éste es tratado por profesionales que aplican conocimientos recibidos con una formación constante, actualizada y precisa.
Todos los protocolos de higiene coinciden en que el calzado tiene una importancia clave. Las botas que se utilizan para labores profesionales, en concreto, solo pueden ser higienizadas en otra estancia diferente, y en concreto en un espacio en el que se cuente, a ser posible, con una máquina lavabotas. Con éstas, se asegura que los agentes contaminantes no ‘viajen’ de una sala a otra a través de las suelas de las botas. Los lavabotas permiten a todos los empleados desinfectar a fondo su calzado, eliminando las posibilidades de contaminación por bacterias transmitidas por el calzado.
Suela y parte superior de las botas utilizadas en la industria alimentaria son las más proclives a servir de transmisoras de agentes contaminantes si no se higienizan, algo que sí se puede conseguir con los lavabotas en la industria alimentaria, que están diseñados para limpiar estos elementos de manera ergonómica. Las estaciones industriales de lavado, por otro lado, están fabricadas y diseñadas para facilitar el tránsito por ellas de un gran número de personal y pueden soportar un uso diario intensivo.
Además de contar con un cepillo de fregado de suela fijo y un cepillo de fregado manual, que emite un chorro de agua, estos dispositivos son intuitivos y sencillos de usar, lo que facilita el cumplimiento de los protocolos de uso. Es común que muchos modelos existentes en el mercado combinen un baño de desinfección con la aplicación de un desinfectante en la zona de las suelas.
Para establecer el mejor protocolo higiénico se puede recurrir a múltiples soluciones, en función de las necesidades específicas y del presupuesto disponible, pero en todo caso es recomendable emplear un lavabotas automático, que facilita un flujo ágil y constante por él de varios operarios. Un buen ejemplo de calidad y garantía de servicio es el paso sanitario integrado Sanieco WD Plus, que dispone de 3 cepillos, un equipo para el lavado de botas y suelas en continuo que además ofrece el lavado y secado de manos en la misma zona y sin contacto.
Este equipo, que permite el flujo de paso de una persona cada 18 segundos, garantiza una drástica reducción del riesgo de contaminación cruzada. Es, junto a la cuidadosa separación de las zonas de procesamiento de alimentos y a la formación de los operarios, la mejor forma de prevenir contaminaciones cruzadas y riesgos adicionales de seguridad.
Las certificaciones de la industria alimentaria aseguran que se produce el cumplimiento de una serie de estándares, tanto de calidad como de seguridad, determinantes para la industria alimentaria. Los lavabotas para la industria alimentaria son herramientas de gran ayuda a la hora de alcanzar los requisitos que proponen certificados como el FSSC 22000, el BRC Global Standard for Food Safety o el Protocolo IFS, entre otros.