El cumplimiento de las certificaciones en la industria alimentaria es un punto clave al que deben prestar especial atención todas las compañías que operan en el sector. Toda empresa alimentaria en la que se produzca manipulación de alimentos debe acatar una serie de normas comunes que garanticen la seguridad tanto de sus procesos como de sus productos.
El cumplimiento de una serie de estándares, tanto de calidad como de seguridad, es el objetivo con el que se establecen las diferentes certificaciones de la industria alimentaria. Se trata de complementos de prestigio dentro del sector que se añaden a las normativas. Sus destinatarios son los mercados, las administraciones públicas y, por último, los usuarios.
Esta Certificación en Seguridad Alimentaria detalla las características que debe presentar un sistema de gestión con el fin de garantizar que los alimentos son inocuos en todo el recorrido que completan, desde el inicio hasta el punto de comercialización. Es una certificación aprobada por la GFSI y tiene como fundamento el estándar de gestión ISO 22000 y el programa de pre-requisitos para seguridad alimentaria en la producción de alimentos ISO-TS 22002-1 (Food) o ISO-TS 22002-4 (Packaging).
Denominado también BRC Food, fue diseñado por el British Retail Consortium (BRC). Facilita un marco de administración de varios aspectos relativos a la seguridad de los alimentos. Dentro de este apartado se incluyen la integridad, la legalidad y la calidad, e incide la higiene personal de los empleados o el estado de los vestuarios. Indica que los proveedores cumplen los requisitos de salubridad de sus productos.
La norma EN 45011 de certificación de producto, asegura que los proveedores de alimentos abastezcan de productos que cumplen con los requisitos legales de seguridad. Es especialmente utilizado en Italia y Francia.
El número de certificaciones destinadas a la industria es muy amplio. Destacan algunos como el HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), aunque se está retirando de manera gradual, o el ISO 22000. También los Protocolos GLOBAL GAP o el ISO 22005 de Trazabilidad. A ellos, hay que sumar los protocolos de autocontrol regulados por FACE y otros como la Certificación Letra Q en Leche y Productos Lácteos o la Certificación de Aceite de Oliva Virgen Extra.
La Unión Europea aplica el Reglamento Europeo 853/2004.23 y el Reglamento Europeo 852/2004 para regular los mecanismos de cumplimiento de los requisitos previos de higiene y la aplicación de un sistema de APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico). Además, la Norma UNE EN 15593 detalla los cumplimientos que debe presentar un sistema de gestión de la seguridad alimentaria, en este caso para los proveedores y fabricantes de envases alimentarios, lo que incluye el depósito y traslado.
Las certificaciones de calidad son complementos a la legislación vigente en industria alimentaria, ya sea de orden estatal, comunitario o internacional. En España la Asociación Española de Normalización es la encargada de estandarizar los procesos en la industria alimentaria de acuerdo a diferentes normativas.
En cuanto a las certificaciones, existen varias entidades a los que se puede recurrir para solicitarlas. Una de las principales es AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), aunque merece la pena destacar a otras, como Intertek, SGS o Gemina. Las certificaciones se obtienen cuando se produce un determinado grado de cumplimiento de toda la serie de aspectos que evalúa el certificado.
El incumplimiento de las certificaciones vigentes en relación con la higiene y manipulación de los alimentos tiene implicaciones directas en la seguridad de los productos. La reputación de una empresa está en juego en el caso de que se produzca una incidencia en este ámbito.
Las certificaciones en la industria alimentaria atestiguan, no solo la garantía de que una compañía del sector se rige por elevados estándares de higiene, seguridad y calidad en sus procesos, sino que es eficiente en el uso de sus recursos y que, por lo tanto, es capaz de identificar ahorros de costes y ser altamente competitiva.